febrero 06, 2007

La secta del Venao

Leí a Javiera y recordé esas noches de horno y ansiedad, comanda engrasada y ojitos dulces al bachero para lograr que me bajara el cajón de cubiertos.

Noches de aplacar el sofocón en la terraza recién después de las tres, en bombacha entre los tubos del aire y los tanques de agua, mirando el deck repleto de figuritas donde hasta hace un rato había transitado en media sombra.

Se me vino el diez por ciento que me mantenía en paz con Giuliano y sus huestes peruanas, los verdaderos dueños de la cocina muy a pesar del cheff, hijo renegado del corredor norte.

Giuliano y la secta del Venao me invitaban a la pensión de Constitución y yo pagaba contenta el peaje de 14 Quilmes cristal con tal de escuchar del surf pata sucia en La Herradura, de las zamacuecas tropezadas y después de las 14 y algo más, del amor de entretiempo entre giuliano y la puta cruzando brasil, de sus llantos silbados con ojitos chinos.

El tiempo pasó, el diez por ciento también y las birras las empezaron a invitar ellos. Todavía guardo la lapicera finoli que me regalaron cuando terminé en la escuela de los impostores.

Una madrugada lo encontré al Gordo Marcelo en el 60, me dijo que por fin Giuliano había rescatado a su Sonia del puterío y vivía en una casa con jardín en Berazategui.

3 comentarios:

AL-JAZERRA dijo...

NO SOY QUIEN PERO CADA VEZ MEJOR EL CRUCE JUSTO ENTRE POETICO Y REO, FELICITACIONES Y ENVIDIA. ALEJANDRO,

Christian Nobile dijo...

Banco las historias beat de emmita a full.

EmmaPeel dijo...

ale: me puso colorada (+). Gracias, gracias, mil gracias!

beat: gracias pebete! yo lo banco a Ud.