desde El secreto de Joe Gould de J. Mitchell
agosto 20, 2008
sinlugar
Aquello era fácil y airoso, cuando casi todo lo que se escribe en el país es difícil y farragoso. No encajaba en ningún lugar; era demasiado insistente; era deprimente; era un poco malsano; era literario; y no podía decir nada con simplicidad. Todo lo que se escribía entonces en América procuraba adaptarse a una forma u otra; salvo Joe Gould, ningún escritor parecía lo bastante imaginativo para comprender que si estaba pasando lo peor no hacía falta una forma. No era necesario poner lo que uno tenía que decir en un poema, un ensayo, un cuento o una novela. Sólo había que decirlo.
Etiquetas:
bien dicho
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
4 comentarios:
Grazie Siesta!
Ojalá guste, Emma.
Yo me enternecí lo suficiente.
siesta: me encanta, y, no sé por qué, me hace acordar a muchas muchas cosas y cosos =)
Publicar un comentario