Como tenemos a San Ramón como luz guía de este blog,
(y no perdimos nuestra conciencia de género)
decidimos entronizar en nuestro altar a la
Virgen de los Desamparados
para que le haga compañía
(aquí una pequeña y tradicional oración en su honor )
en el atrio penumbroso del convento
entre cirios y caireles día y noche
entre rezos y sermones hay reproche
porque este feligrés sufre el tormento
de tenerte mediodía muy soñada
retacitos de lujuria en entresueños
sólo quiero virgencita unos pequeños
para al otro mediodía desvelada
ella deje que me hunda entre sus piernas
Mientras reza todo el credo el padrenuestro
y un gloria avemaría al maestro
Aristóteles ay qué sombras qué cavernas
esta Virgen desamparo no produce
sólo muerto a mi me sacan de este cruce
septiembre 21, 2006
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