agosto 16, 2007

El ficus de enfrente

Sentado contra la ventana del bar, mientras su viejo lee el diario y cada 5 minutos relojea si el nivel del café con leche bajó, el pibe sigue atento al ficus de enfrente.

Esta rutina lleva unos dos, tres meses. Desde que el viejo sepultó la lengua más que de costumbre y la madre sale de la cama sólo para ir al baño, y a veces ni eso.

A eso de las 7 encaran para el bar, y ahí se quedan hasta las 8, cuando suena el último timbre de la escuela, exactamente a tres puertas y un local, sobre la misma vereda.

El pitido agarra al viejo siempre a mitad de Deportes, putea bajito, lo agarra al pibe de la mano, lo deja en la puerta con un arrime que pretende ser beso a la altura del flequillo. Así todos los días. El bar, el café con leche, el diario, el arrime. Menos el ficus.

Incluso antes de descubrir el secreto, el pibe se dio cuenta que estaba ante algo raro. No era una planta cualquiera, como esas que ahora se secaban en el balcón de su departamento. Esta tiene una forma compacta, rectangular, de aristas perfectas. Algo en esa perfección, lo perturbaba.

Una mañana de esas iguales a todos los días, buscando la forma de que el timbre sonara más rápido, el pibe los vio.

Un señor de traje y maletín parecido al que usaba su viejo hacía unos meses, y que ahora era reemplazado por el diario. Una señora, dos pasos más atrás, de cartera cruzada y largas piernas en cuadrillé.

Doblaron la esquina, casi al trote, y a la altura del ficus, desaparecieron. Esperó un rato, se restregó los ojos, pero asi y todo la pareja no apareció. Sonó el timbre y se fue a la rastra, los ojos fijos en la planta.

Van dos, tres meses. Y ya usó todos los dedos, hasta el chiquito del pie izquierdo. Está dispuesto a hablar.

El ficus de enfrente se traga gente, siempre de a dos. Y nunca vuelven.

14 comentarios:

Anita dijo...

Estaba enterada del ficus traga gente de a dos.

Me encantó este relato!

Muy bueno, amiga. Me hiciste reír.

Hoy te veo y te abrazo.

Besos!

Tomás Eastman dijo...

Fiercy good!
They are going to LOVE this story in Sidney!
Cheers!

PD: Sidney porque allá aparecen los que desaparecen en el ficus

Anónimo dijo...

Creo que no es Sidney dónde aparecen los tragados por el ficus. Estoy más con la teoría de La Trama Celeste: aparecen en un mundo en donde Cártago derrotó a Roma.

Anónimo dijo...

hay que escribir algo tan bueno y tan breve, Emma!!

Anónimo dijo...

Si los ficus hablaran...
Brishante, pero brishante relato, querida amiga. Estará en la antología de la Beia.
Hoy te veo y te abrazo también.

Tomás Eastman dijo...

Perdón, el aussie quiso decir fiercely brilliant!

Anónimo dijo...

warren, estás perdonado in aeturnum. Cuándo nos vemos en MVD? Es una de las ciudades que más amo, despues de RJN

Anónimo dijo...

palm, sos muy buena, no te disipes.
alejandro.

Tomás Eastman dijo...

Sr. Mellizo.
Particípeme de su boda con Gabriela y acudiré encantado a la celebración

EmmaPeel dijo...

Qué lindo que se vayan planeando casorios, encuentros y viajes

se agradecen los cumplidos, los abrazos y besos

Domani temprano cruzo el charco

nos vemos a la vuelta!

Besotes a tutti

Anónimo dijo...

Cruzas el charco... ¿de acá para allá o de allá para acá?

Para que te orientes estoy parado cerca de Areco...digamos

Igual buen viaje. Si es de acá para allá caminese un rato por la Adva Larrañaga. Supe ser feliz a fines de los 70 por ahí

EmmaPeel dijo...

brasil: de acá, del lado de Areco, para allá

grazie! paseo y traigo foticos a la vuelta

Rogelio Ferreyra dijo...

Grossaaa!!...

EmmaPeel dijo...

rogelio: no será mucho? =) saludos