Estaba por terminar séptimo grado y se venía el viaje de egresados. El colegio de las mil pesadillas no me quería más entre sus filas y yo contenta.
En casa no había discusiones por la comida, polenta y listo.
Se acercaba la fecha y cual cartonera baez recolectaba todo lo que veía al paso. Desde revistas mía y vivir mejor en la casa de doña beba, la vecina de enfrente, a manuales del alumno bonaerense que ya se habían dejado de usar porque se había puesto de moda santillana.
Cargaba entonces la mochila de los mellizos estrella , me iba a la compraventa, al lado de la barrera, y los hacía monedas de autrales.
La gloria estaba cuando en la recolección aparecían los cuadernillos de inglés. Era codiciadísimo el Spectrum, demandaba tardes enteras con la goma staedtler blanca que borraba bien y no manchaba. El problema estaba cuando algún blasfemo le había mandado tinta para poner jelóu en un intento de fonética fatto in casa, y noquedabaotra que mandarse con el borratinta y rezar el padrenuestro para que no traspasara.
A pesar de la meticulosa restauración, el chanchito de cerámica no se recibía de chancho nunca. Creo que fue por eso que dos días antes del viaje, mi abuela me llamó a la pieza grande y bajó de arriba del placard una caja verde.
Tomá, tu abuelo quiere darte esto
Nunca entendí por qué cuando mi abuelo quería decir o dar algo, la mandaba a mi abuela en representación diplomática, pero siempre fue asi. Asi como también siempre mi primer reacción era un noooooo hasta que aparecía el viejo en la puerta y de un cabeceo me daba el ultimátum.
Asi que esa tarde de lunes me fui hasta la calle principal, al Pescalandia al lado del cine, entré y dije
vengo a vender el reel de mi abuelo
Pedí 7, me dieron 5, nunca fui buena negociando. Me fui llorando bajito.
Me alcanzó para una taza recuerdo de san bernardo para mi tío, una muñeca de trapo sara kay para mi hermana, dos pingüinos que anunciaban el mal tiempo (hoy un souvenir k) para la mesa del living de los viejos.
El póster que recibió mi vieja lo tuve que robar, pero esa es otra historia.
noviembre 24, 2007
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13 comentarios:
Años que no como polenta. Que rico!! y que antojo
qQue buen relato Ms. Peel.
meraviglioso
emmass,
me emociona.
saludos
Qué lindo cuando relatos así me hacen saltar las chispas de fueguito del ayer.
No le ponés edulcorante y lo mandás así, y es auténtico, sincero, lindo.
Emma, me agarraste sensible.
Se me anudó la garganta.
Saludos.
intercambio de links ya mismo pongo el tuyo en mis links el mio es www.cesarthundercats.blogspot.com
mary: grazie (pero odio la polenta, sabrà entender)
warren: còmo estàn esos sàbados de sùper acciòn?
marinit: no me chore!
morgana: grazie
ferse!!! merde merde merde con la muestra
césar: qué guenísimo lo de los thundercats! ahi vamos
besos a tutti en domingo peelonista
¡cambio arroz por polenta!!
Eras noble de pequeña, madrina.
Y lo de la abuela no sería posicionar al abuelo?? Sabes la cantidad de veces que mi mujer le compra algo a los chicos y les dice "papá les compro esto"
En séptimo grado me encajaron el primer beso.
Ella, dos cabezas más arriba, hizo lo suyo con cancha de geisha.
Yo, desplumado amateur, abrí la boca como esperando la ostia y recibí una precisa lección de posiciones y uso de la lengua ( de ahí mi amor por la gramática ).
Luego del favorable inicio, pasó casi una década hasta reencontrarme con otra sensación similar.
De esto último que no se enteren los muchachos.
Dos veces oí (leí) esta historia, y lloré por el reel del abuelo.
brasil: sabés que mi abuelo era muy regalón, de salir del laburo y traerte siempre algo, pero puede ser
fulvio: su secreto está guardado, despreocúpese
meki: pobre amichi lo qu etenés que aguantar jijiji
besotes mishón
me gusta mucho como escribe, señorita.
es muy tierna ud.
alguien: grazie! pase cuando quiera
salutti
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