abril 03, 2008
ahorro
Diciembre es su mes. Se escapa hasta el árbol de navidad del shopping más cercano, una hora antes del cierre, y roba las cartas que depositan los visitantes. En Año Nuevo se hace un festín porque tiene doble chance: se encarga de actualizar la agenda de su jefe y, con la excusa de un ritual de buen augurio, pide a todos sus conocidos que escriban sus proyectos para los próximos 365 días. Podría llevar un diario de la frustración circundante, pero no, a su modo, siempre tuvo algo de positivista. Se entretiene leyendo cada lista, cada nota, pues nada le resulta más triste y encantador que la esperanza ajena y, de paso, se ahorra la propia (inútil, claro está. No se lo digas, pero si le cruzás los ojos hoy vas a saber de qué te hablo)
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y a veces escribo
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3 comentarios:
un directo a los ojos basta emma
infalible verdad
ciao
Mi esperanza ajena es:
¿salió el tripletrés?
toto: si, salutti y grazie por pasar
meki: Puto Riverito, salió el 04! besotes
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