El Flaco

Lo conozco desde hace dos vidas y media, allá por el dos mil.
Al Flaco le encantan las películas de la segunda guerra mundial, idolatra a bilardo y ama la camiseta granate por sobre todas las cosas.
Él no pregunta, yo no pregunto, no nos hacen falta los signos de interrogación para saber(nos) en un nuevo lío. Nos limitamos entonces a suspirar al unísono desde una punta a la otra del cable que une Lanús y el lugar del mundo donde me encuentre.
Porque al Flaco no le gusta viajar, prefiere que le cuente por teléfono los atardeceres en la balconada, la tristeza nao tem fin de la noche sin luz de recife y el olor a comienzo de los aeropuertos.

Hace una semana no se qué cosa le hizo paff adentro (hace rato que me rendí a los por qué, asi que no escuché al médico cuando explicó que la carótida y bla bla bla) y se quedó como dormido en la terminal de bondis hasta que el colectivero se dio cuenta que no era un final de borrachera más, que algo malo estaba pasando.

Hoy se despertó y me quiso hablar, no pudo. Entonces le acerqué una lapicera y papel y garabateó

estoy cansado de andar
jaus?

No sabemos dónde estuvo esta semana, lo bueno es que ya está de vuelta