habemus

Son días de reconectar los cables que unen lo que resta de cerebro con la válvula que bum bum bum hace mover tu mundito en el tic tac de la sociedad, ese reloj perfecto. Una cirugía de precisión a manos de una cirujana adicta al güiski, para la ciencia del yo, después de Frankenstein y la oveja Dolly, impossible is nothing (para otro día la reseña de la nueva alta literatura: los publicymakers)

Mi ex me llama porque el viernes se le puso heavy, juega a galtieri con un TEG sin fichas, me pregunta si el jb va, porque estamos a fin de mes y la industria simbólica nos permite ser pero hasta ahí: si compraste el morbier no te alcanza para el jack. Le digo que sí y que ojo a quién le declara la guerra, y me hago la que quedé sin conexión y lo dejo así porque go, darling, emprendamos la gran marcha hacia adelante.

No somos ni la gloriosa, ni los hijos dilectos ni los iluminados por el fuego. El mostro de dos cabezas boquea adentro del lumilagro este en el que parece somos catorce, y sí, chicos, dejémonos de joder y sentemos culito en el diván, no nacimos en Paraguay donde entre el calor y el acento guaraní se curan todos los males o se olvidan, que es casi lo mismo, lejos también de la gracia de la saudade brasileña. Estamos condenados a las huestes made in Yrigoyen (el más peronista de los correligionarios) mejor reconocerlo de una vez y no tomarnos tan en serio, así quién te dice no terminás de hacer un par de grandes pelis y ligás voyerear a Scarlett un ratito.

Y mientras tanto la vida sigue: la tapa del jueves de The Nation con la seguidilla de retratos al lindo de Boudou era un puema (no ten link y mi no tener scanner), con Joe eso no se podía; ya tengo mi avatar made in Huili unpibequehacecosaslindas Raffo (gracias a vos nene por mangueárselo) y en el libro de caritas el mejor amigo de un pibe que casi me desnuca con su impericia para el atletismo amatorio (hubiera sido un final triste, aunque siempre quise placa roja de Crónica) me invita a salir. Lealtad, compañeros, habemus papa para todxs