octubre 03, 2009

Hace un rato salí de ver Los abrazos rotos. Podría hablar de Almodóvar, de cuánto me gusta que sus mujeres envejezcan como el vino (el bueno). De su infatigable casting de chongos (impecable), de cómo se está poniendo más ajado y más sabio, pero no, no voy a poder mas que bajar en espiral, por esa salida trasera que tienen las salas de cine del Abasto, un pasillo de aeropuerto en día de semana, de madrugada, con una luz tan infinita y descarnada que es imposible no sentirse (mas) sólo. Enmudecen los celulares, los tacos no resuenan, las sonrisas se congelan durante esos tres pisos por rampa.
Será ese pasillo, o el reflejo de la arena negra que me quedó rebotando en las pupilas, no importa. El pez globo se infla en el pecho y respiro cortito. Mejor guardarse, hasta mañana

7 comentarios:

Luis Chaves dijo...

temazo

EmmaPeel dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=vktyEV1yrCk


Catita es lo más, Tetra

Besos

Guonderguman dijo...

la queda ese pasillo diabolico con esa luz del demonio. solo es soportable si el trayecto se hace con buena compañia, como toi.

Charlotte dijo...

Catita rockea. Ojo emmadearest que el pez globo es venenoso (si mal no recuerdo). Beso!

EmmaPeel dijo...

guonder: qué haríamos las heroínas sin otras heroínas

charlotte: es re, parece, pero tratamos de mantenerlo a raya (cuesta, pero sale =)

besos

Protervo dijo...

lindo cuento de la opresión de esos pasillos.

Protervo dijo...

lindo cuento de la opresión de esos pasillos.