Ya no cabía un alfiler en el terraplén de la estación Voluntad. Estaba el almacenero, el carnicero, el cura y sus dos monaguillos, las chicas de la casa de citas al final de la calle, la maestra, la directora de la cooperadora de la escuela, los chicos con los guardapolvos grises por el polvo, los peones del campo lindero, y del otro, y del de más allá, detrás de la lomada grande.
Estaban todos esperando, abanicándose el calor y las ganas de buenas noticias, espantando las moscas y el malhumor.
A pesar de la muchedumbre congregada, las puertas de la estación permanecían cerradas. Cualquiera que pasara en el tren de las 12, cuando el campo está más plano y mas chato y hasta la lomada se hace pantano por ese sol en picada, diría que sólo eran 50 personas asoleándose al borde de los rieles.
Pero para Voluntad, esa era una auténtica muchedumbre, una congregación sin precedentes. Parecía historia vieja cuando el Turco Dulce, cada vez que venía con su carga de pienes de carey, tafeta y alguna que otra pieza de muselina, le repetía a las señoras “qué voluntad tienen ustedes de vivir acá”, y las señoras sonreían de costado con resignación ante el chiste.
Es que a Voluntad, hasta hacía unos meses, le decían el pueblo de las mil plagas. El Turco Dulce viajaba por toda la provincia con su carga de brillos baratos, de sueños a medida, y había visto mucho, pero nada como aquella desolación de cuatro manzanas y dos calles en cruz, donde como cristos las cincuenta vidas veían pasar los días mientras las plagas se sucedían...
octubre 03, 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
18 comentarios:
qué lindo peel, me re gusta
me hizo acordar a Urdampilleta, cerca de Bolivar, ahi veraneaba cuando era chica
un beso!
Creo que faltó el otrora consabido:
"Autoridades civiles, militares y eclesiásticas, fuerzas vivas de Voluntad..."
Cariños
Emma: ¿conoce Ministro Rivadavia?
maga: grazie, linda
papá cabeza: el protocolo ante todo
brasil: si habré jugado a la botellita en la plaza frente a la iglesia de barro!
Porteños
Los invito. A menos de hora y media de Baires: Carlos Keen (ruta 7), Duggan (ruta 8)
brasil: es otro ministro el que usté dice, y también lo conozco! pero ahi no jugué a la botellita
¿El relato va a seguir, no es cierto? ¿Juan Martín Hernández tendrá un papel estelar?
¿quiere creer que me voy a ir de este mundo sin haber jugado a la botellita?
Yo no conozco Ministro Rivadavia. Vi un documental hecho por un amigo de taller de cine. Y con su cuento me vinieron las imágenes
Solo se que es en el sur del conurbano
Jara: sigue sigue lamolina
brasil: donde jugué a la botellita es donde usté dice, en el conurbano sur. Qué loco que haya un documental de ahi!
si no fuera por su doña lo invitaba a jugar, somos expertas con la de JB
Si la doña leyera esto, no quiero imaginar el destino de la botellita. Me estremezco de solo pensarlo
Pero nunca hay que decir nunca. A lo mejor en unos años en el geriátrico....
A propós hermosa narrativa
Muy bueno el relato y con respecto a la botellita de Brasil, siempre hay que tener un martillo a mano por si se va muy para el fondo y despues no andar dando verguenza en el dispensario del pueblo
Oscar ex niño-boy
brasil: usté deje una nota con la dirección a sus nietos y yo paso (siempr ey cuando el andador no se me trabe)
oscar: niiiiiññññño! se lo extrañaba, y si, su consejo es moooy pertinente
besos a tutti!
Le dejo la de mis hijos que hoy tienen 5 y 3 anios
Oscar, gracias por el consejo, al martillo con marcador indeleble "en caso de emergencia rompa el vidrio"
Hola amiga Emma, hoy por fin me doy por oficialmente regresada.
Se viene la novela? Quiero más!
Y botellita también, claro, graaaaaan invento.
Muy lindo relato de su visita a Uruguay!
Como inicio de algo crea expectativas. Siga adelante y veremos.
brasil: ferpecto!
meki: gran invento gran! hoy jugamos?
warren: podría ser no? pero es de un pueblo por estos pagos
melli: me tiene cortita, ya sigo
Mmm... no sé, habría que ver quienes son los jugadores...
Publicar un comentario