enero 22, 2008


Llegó por fin la mañana del sábado y la vereda ya tenía lustre de tanta escoba porque la panadera no sabía qué barrer con tal de estar primera cuando la persiana se levantara.

Y asi fue, a las 10 el chirrido de la cadena dejó al descubierto el vidrio limpio que en dorado decía

Aldo Peinados, la panadera fue la primera en abrir la puerta y saludar.

De la bicicletería cubierta de polvo no quedaba nada. El piso en damero, las paredes en machimbre hasta la mitad justo donde golpean las sillas y el resto en celeste cielo, asi le gustaba decir a Aldo a cada vecina que pasaba por la vereda, chusmeaba pero no entraba.

Hacia la derecha del salón estaba el sillón de cuerina roja esperando a las clientas, enfrentado a un espejo ovalado y justo debajo una repisa de fórmica blanca repleta de cepillos, redondos y finitos como limpia tubos, anchos y cuadrados como la alfombra de alambre de la puerta del almacén. Hacia la izquierda, un sillón mas pequeño del respaldo del cual salía un caño cromado que sostenía una especie de casco de metal con varios botones y luces y unas mangueras que colgaban al costado. Hacia el fondo, un biombo que mostraba la escena de una japonesa en un bote rodeada de ramas de bambú que oficiaba de telón para la pileta justo detrás de la bucólica escena y un mostrador alto sobre el que se destacaba un cuaderno huemul de tapa celeste y la figura impecable de Roberto, en camisa amarilla y pañuelo turquesa al cuello.

13 comentarios:

EmmaPeel dijo...

y continuará me faltó agregar, porque continúa

EmmaPeel dijo...

sigue sigue lamolina

Satamarina dijo...

cual era el cuderno Huemul?
yo tenía el rivadavia o el billiken ¿? No, era el Gloria también...

saludos emmasss

Jaramillion dijo...

Tiene que seguir. Siento el olor del pelo caliente; el ruido del secador. Estoy nostálgico. Voy a llorar.

nv dijo...

esperamos la continua ntonces, no nos dejes picando...

Lunita dijo...

yo pensaba que por qué sábado, si las panaderas se toman el lunes. Pero algunas peluquerías también y entonces entendí todo. Creo.

morgana dijo...

Cuánto barrio, qué lindo.
A veces pienso que es una pena que mis hijos se queden sin estas vivencias en su bagaje cultural.
No sabés cómo tu barrio se parece al mío, cómo tus relatos me recuerdan a los míos por más que nos separe una década y dos pancitos.
Besos y dealé, ponga lo que sigue!

Anita dijo...

Emma, sos el power de la descripción!

Qué bueno es. Me gusto mucho, amiga.

Besos.

Anónimo dijo...

Me escondería detrás del biombo para espiar a Aldo y aprender el oficio de emparejar cabezas y cercos barriales.

Anónimo dijo...

Una vez más me traicionó la grapa.

Au drey dijo...

Qué bomboncete Roberto con esos colores.
Claro que continúa, tiene que continuar, por favor!

AL-JAZERRA dijo...

¡que cuadro! Roberto, revoloteando entre nubes con olor a amoníaco,Polyana,vainillas,Mirurgiay mucha laca fijadora.Esperemos que la propaladora barrial haya hecho su trabajo por los barrios...

EmmaPeel dijo...

marinit: el huemul era más viejito amichi

jara: si querés chorar, chorá

niña: en un ratico, ya se viene

lunita: entendió si si

morgana: sabe que en verdad esta historia es robada al pueblo de mis abuelos, mi barrio de infancia no tiene peluquerías

beia anita: qué lindo verla amichi por acá, grazie

fulvio: la grapa traicionera pero amorosa, lo deja comentar!

meki: roberto era un galán muy engamado, ya sigue

ale: asi nomás, sabe que la talquera de la vieja todavía huele a Aldo Peinados

besos a tutti