febrero 01, 2008

se fi ní

Esa misma tarde el cartel dorado cambió a Lina y Aldo Peinados. La primera en animarse a entrar fue la panadera que pidió una permanente bien pegada a la cabeza pero de rulo grande para que fuera fácil de peinar.

Una a una empezaron a llegar todas las mujeres del pueblo. Lina les lavaba el pelo, acomodaba la capa alrededor del cuello y después se quedaba detrás del mostrador anotando vaya a saber qué en el cuaderno de tapas celestes mientras Aldo revoleaba las tijeras como poseído. El ritual se repetía todos los días, con intensidad diversa y punto cúlmine los sábados a partir de las tres de la tarde.

Lo que nadie sabía, ni siquiera sospechaba, es que como en todo rito algo oculto se desataba todos los días por detrás del entramado de secadores, cepillos y revistas de moda. Porque cada tarde después de cerrar el salón, caminar a la par en diagonal por la plaza, saludar con media sonrisa a cada vecino, Aldo y Lina cruzaban la puerta de la pieza, y ahi arrancaba otro rito. Lina se sentaba frente al tocador, Aldo por detrás como hacía con las clientas, y mientras le acariciaba las sienes empolvadas, le quitaba uno a uno las invisibles que agarraban el postizo rubio. Porque cada tarde en esa pieza, Lina se convertía en Roberto y cada mañana Roberto se convertía en Lina.

Llegaron a creer que las señoras sabían y guardaban el secreto porque como en todo rito, además de misterio, se necesitan cómplices.


Versión toda junta, acá

8 comentarios:

Au drey dijo...

Noquedootra que sorprenderse y aplaudir.
Me gusto!

morgana dijo...

Te voy a decir algo y con mucho respeto (y espero que lo tomes así).
Las historias contadas de sorbitos me gustan mucho. Algunas más que otras.
Yo había dejado de leer con el cartel del duelo.
Ahora, gracias al rejunte (que también está bueno para leerlo así) la leí toda de un tirón.
Lo primero que dije fue:
Qué pendeja copada!
Y eso, por si no se entendió, significa que me gustó mucho.
(ojo, con respeto)

Otra cosa, que viene aparte. Qué loco esta cosa fóbica que tienen algunos ante lo homosexual, no?

Saludos cordiales

Fishboy dijo...

emmiiiiiiiiiiiiitaaaaaaaaaaaaa
te re extraniéeeeeeeeeeeeeee
mucho, re mucho

que lindo escribes, buachaaaaaa


mil abracitos, mil, eh

muaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Anónimo dijo...

Acompáñeme a la peluquería.
Quiero el peinado de la panadera.

Anónimo dijo...

Pasé, y me encantó este relato. Tanto. Que prefiero guardarme el resto para más tarde.

Tomás Eastman dijo...

CHAN CHAN!
PROMESA DE NUEVOS SINSABORES?

EmmaPeel dijo...

meki: grazie beia amichi

morgana: pero cómo me lo iba a tomar a mal! grazie doña (y si, es loco)

fishi: a ver si larga las rastas y el morral y me cuenta como le fue jiji besos y bienvuelto!

fulvio: yo ando en busca de flequillo, vamos cuando quiera

pez: me alegro, bienvenidx

warren: una especialidad de la casa

besos a tutti

Anónimo dijo...

buenísimo... pobre Robertuà!